El arte oriental siempre ha brillado con una luz propia, manteniendo unos rasgos identitarios diferenciadores. Desde las delicadas porcelanas chinas a los biombos con incrustaciones de nácar o los abanicos en madera lacada y dorada. Tradicionalmente, las casas de subastas de arte oriental han ofrecido una amplia variedad de platos y jarrones chinos con las clásicas decoraciones azul y blanca del periodo Kangxi o la producción de Compañía de Indias y porcelana para la exportación fusionando de forma única las tipologías y técnicas de oriente con el gusto de occidente. Del mismo modo, el arte chino está igualmente asociado a la porcelana de Cantón así como las características decoraciones de las familias Verde y Rosa.
Por su parte el arte japonés destacará en las pinturas sobre seda y los Ukiyo-e o estampas de grandes autores como Hokusai, Utamaro o Sharaku, sin olvidar su característica porcelana de Satsuma o sus netsukes de marfil. El nuevo modelo de tipo de subasta ha posibilitado el acceso a piezas mogoles, tibetanas, coreanas o de extremo oriente, mucho más singulares en cuanto a los trabajos labrados sobre plata o las figuras religiosas en bronce. Especial mención merece el arte filipino con sus múltiples puntos de contacto con Europa como demuestra el característico marfil hispanofilipino o el indoportugués, así como las composiciones al gouache de los principales acontecimientos del periodo colonial.